Se trata de una serie fotográfica sobre los cubos de basura del metro de Seúl, la basura urbana y los usuarios del metro como medio de transporte popular construyen las piezas que funcionan como un registro de lo efímero del producto de consumo: latas de refresco, vasos de café, dulces locales, periódicos de la ciudad, son sólo algunos elementos que se pueden reconocer.
El objetivo de la serie fotográfica es el de jugar, sin emitir juicios de valor, con las composiciones aleatorias hechas con basura como referencia a la huella actual de la especie humana a partir de lo que desecha.
Podemos reconocer lo que la gente utiliza más seguido a partir de su consumo interno, de lo cotidiano, de su basura, generando ficciones que se presentan como narrativas de época, porque actualmente todo lo útil parece tener cada vez más una caducidad acelerada, un periodo corto de vida en la promesa del reemplazo.
Los basureros están llenos de objetos de reemplazo que perpetúan un ciclo que pareciera no tener fin y que se extiende a todas las áreas de la sociedad, incluso la de sus relaciones emocionales y la construcción de vínculos de afectividad.





